martes, 9 de octubre de 2007

Continente y contenido: la función del Museo en la actualidad

Siempre me ha llamado la atención una frase de Adorno en su libro “Prismas: la crítica de la cultura y la sociedad, Ariel, 1962, p. 187; “Los museos son como los sepulcros familiares de las obras de arte. Dan testimonio de la neutralización de la cultura”. Esta frase me parecía excesiva, exagerada y creo que debida al contexto en el que se encontraba. En el libro Adorno pone en confrontación dos maneras de entender el museo: la visión del poeta Paul Valèry, se oponía al del ensayista y novelista Marcel Proust. El primero representa la visión de que el museo es el lugar en el que ejectuamos (no en sentido de acción o desempeño con arte de algo, sino de dar muerte a un reo) al arte del pasado, museo y mausoleo en esta concepción están unidos, por algo más que por una asociación fonética. Según esta visión el museo es un lugar de “reificación y caos”, esta es la visión del productor del arte. Proust más trascendental, más espiritual ve el museo desde el privilegiado punto del espectador, el museo es el lugar de la recreación o reanimación fantasmagórica (idealización de la espiritualidad de la época) en un teatro especial donde no reina el caos (Valèry), sino la competición entre las obras, entre la belleza en libertad como prueba de la verdad de lo bello.La situación actual de la creación artística nos hace pensar que, posiblemente por primera vez en la historia de la cultura, no existe un lugar concreto para el arte. La belleza y la inteligencia que conforman, en un núcleo de sentido y sentimiento, lo que conocemos vulgarmente como “obra de arte”, se han fragmentado, multiplicado y diversificado. El artista de hoy, el artista que trabaja tal vez pensando excesivamente en el paso de un tiempo que nunca será el suyo, ya no cree que el viejo museo sea el lugar idóneo para que su obra se muestre y se conserve. No solamente me refiero, como muchos pueden pensar, al confuso futuro de disciplinas como la instalación, la performance, el videoarte o cualquier planteamiento virtual o multimedia, sino a obras que se plantean sin las fronteras metodológicas y estrictamente formales del museo. Ya no parece que el arte pueda habitar un lugar concreto. Hal Foster insiste en su libro “diseño y delito”, Akal, 2004 en una tesis radical: la Bauhaus transgredió los antiguos órdenes del arte, pero al hacerlo también promovió la nueva soberanía del diseño capitalista, la nueva economía política del signo mercantilizado. Y una de las cosas en que este libro insiste es en que esta economía política domina ahora las instituciones sociales y culturales (p. 81). El pone el ejemplo del museo Guggenheim el buque insignia de los museos contemporáneos y donde mejor se reconcilia esas dos hipótesosis de Benjamin y Malraux uno la reproducibilidad destruye la obra, otro la engrandece al reproducirla en todo tiempo y lugar, para él el Guggenheim reconcilia perversamente esta oposición dialéctica, por un lado el museo virtual sin muros, se ha convertido en realidad con el museo electrónico (museo on line), por otro el museo se convierte en cine en un fluir cinemáticamente o manar como página web (p.157).

15 comentarios:

protervus dijo...

El arte triunfará completamente cuando todos podamos llevarlo a cabo sin miedo a hacer el ridículo, a que nos ninguneen, o a que nos miren como engreídos. Cuando todos podamos compartirlos con los demás abiertamente y sin tener que ser genios para que se nos respete al hacerlo. Mientras no sea así, el que consiga convencer no de que él es artista sino de que los demás no lo somos, seguirá cobrando cantidades espectaculares por hacer cosas que en ocasiones todos podemos hacer, pero sin los privilegios que tienen ellos, por llamarse como se llaman. Es marketing, mientras la mayoría piense que hay individuos tocados con un halo semidivino capaces de hacer cosas que tienen algo que nadie sabe explicarnos qué es, pero que en realidad no tienen nada más que lo que hacen los demás, lo seguirán usando económicamente y será herramienta para ese mercado.
Apareció una vez en los telediarios que una asociación secreta introdujo en un museo un cuadro que habían pintado sin saber nada de arte ni querer decir nada y lo colocaron entre obras maestras. La gente se tiraba horas mirandolo poniendo cara de asombro. Demostraron que se podía hacer pasar por arte cosas que a su entender no lo era con marketing. Para mi esto quiso decir que no el arte es simplemente una predisposición del que la mira. Nada más.

protervus dijo...

Por cierto, el museo significó en el siglo XVIII que todo el mundo podía acceder al arte, es decir, a verlo. Antes sólo lo veían los privilegiados. Con el realismo se da otro paso, somos todos, también los trabajadores, o la gente anómina, la que puede aparecer en el gran arte. Este proceso, en mi opinión no estará concluido hasta que todos podamos realizar arte abiertamente. El arte no está muerto en el museo sino que es donde más vive, porque la gente va predispuesta a "concluir obras de arte" al museo, a hacerlas vivir. Porque no puede todavía la gente tener obras semejantes en casa. Pero eso no significa que se pueda ver arte en más lugares, y que se haga sin darse cuenta incluso.

Azahara dijo...

Con la aparición de los museos el arte a conseguido su generalización en cuanto al poder ser accesible a todo el mundo.
Como comenta protervus con la anecdota del cuadro infiltrado yo conozco otra que también es algo alucinante:
resulta que en un programa televisivo llevaron un lienzo a una guardetia y dejaron que niños de tres años disfrutaran pintando sobre él.
Así lo hicieron; una vez acabado lo llevaron a un prestigioso museo donde la gente lo llegó a valorar en milles de euros.
Esto nos cuenta que un 80% de los visitantes de museos no valoran la obra de arte como ella misma en sí sino que piensan, o van ya con el prejuicio de que si está en un museo es que tiene que valer.
Toman el concepto y el edificio en si del museo como una autoridad donde lo que se exponga en si interior debe tener el nivel o valor de obra de arte.
Esto no es más que reflejo de la universalidad del arte; en la actualidad accesible a todo el mundo, lo cual me parece estupendo porque el arte no es más que un medio visual educativo y si esa educación llega así a todos ¿que mejor?

Dorothy dijo...

Antes que todo, aquí está el enlace a mi fotolog:
http://www.fotolog.com/dorothy8
Bueno, algo que me llamó la atención es esta cita, el parte donde el museo es descrito como "un teatro especial donde no reina el caos (Valèry), sino la competición entre las obras."
Eso me hizo pensar en mis reacciones cuando visito un museo. Me di cuenta de que, sí, a veces veo la experiencia como una competencia de belleza. Comparo las obras de un artista, o comparo todas las obras que están en el mismo cuarto y eligio mi favorito. Por ejemplo, mirando a las dos majas de Goya en el Prado, pensaba que prefería la maja desnuda porque su cara parece más detallada y expresiva que la de la maja vestida.

No sé si Proust veía esta competición como una cosa buena y tampoco no sé mi opinión sobre el tema. Estoy dispuesta a decir que es bastante atrevido intentar a comparar obras de arte, pero, eso es lo que hacemos en la mayoría de nuestras clases de la historia del arte (aunque desde el perspectivo de estilo, quizás, no tanto de una perspectiva crítica). A mí me parece que es una buena cosa ver arte y especialmente aprender sobre arte, pero al fin y al cabo todo el mundo tiene sus gustos y vamos a ordenar el arte que vemos según nuestras preferencias y nuestras propias interpretaciones de la belleza. Va a exisitir la competición mientras que hay museos de arte.

mamen dijo...

Hoy en dia el poder visitar un museo, nos puede parecer algo de lo mas normal, pero tenemos que valorar, como bien han dicho mis compañeros, que antiguamente ese hecho era solo para algunos afortunados, y hoy en dia tenemos la suerte de poder ver miles de obras de diversos autores, es verdad que no todas las obras tienen que gustar, y que por la sociedad de consumo en la que nos encontramos es muy facil confundirnos ya que en muchas ocasiones nos fijamos mas en el nombre del artista, que en la obra misma. sin ir mas lejos y quedando claro que es mi opinion, el otro dia salio en una revista, los cuadros que marilyn manson habia pintado y yo me pregunto ¿Como se puede considerar arte dichos cuadros? o mejor aun ¿como se puede llegar a pagar cifras astronomicas por dichos cuadros?

Fabrizia dijo...

estoy de acuerdo con algunos de los argumentos y comentarios. los museos que tienen arte del pasado es mas sobre mirar a la obra y ve el maestro de su obra y la manera en que pintada. o para ve la epoca y como la gente de una epoca particular viven: sus acustombres, que comen, que ropa, la vida tipica, etc. pienso en un museo como un lugar donde puedo perdir en los cuadros en que el artista pinta y en la epoca del tiempo. es una manera para ver que los artistas del pasado vean o saben, como ellos piensan o que ellos quieren mostrar al mundo. que ellos les gusta esteticamente o como los artistas viven.
Con los cuadros o arte modernos han cambiando. Ahora no es sobre la epoca como tener la audencia o espectador miran y participar en el arte. es para mirar y tener un discurso. cuando va al museo es mas para interactar con las obras y cuadros. para estar parte de ellos. para participar con ellos. pienso que un museo es un lugar para ir y disfrutar para tener una experiencia intelectual y divertido para tener una experiencia completa. nada mas para ahora.

Caitlin dijo...

Nunca he pensado en un museo como un lugar de “caos,” sino los museos me parecen ser totalmente el contrario- un lugar, como el teatro, a donde los civilizados van. Como dijo Oscar Wilde, “[Es] la manera más inmediata en que un humano puede compartir con otro el sentido de lo que es de ser un humano.” Me disfrutan mucho los museos, aunque tal vez es correcto decir que el museo no es “el lugar idóneo.” La mayoría de los museos son tan grandes que no puedo ver todo lo que quiero en solo una visita o antes de me duelen los pies. También, los visitantes no pueden disfrutar sus obras favoritas a causa de las muchedumbres y finalmente, por supuesto, la “economía política domina ahora las instituciones sociales y culturales” como la mayoría de las cosas en la vida. Sin embargo, aún con todos los problemas de los museos de hoy, teóricamente, son maravillosos- un lugar donde personas ordinarias pueden quitarse de sus vidas héticas por 2 o 3 horas y están expuestos a las gran obras del pasado.

Florencia dijo...

Estoy interesada en el tema del museo electrónico (museo online). Casi todos museos tienen un sitio web, y la mayoría de los museos grandes (y muchos museos de los universidades) muestran su colección en el sitio web. Hoy en día, las personas pueden acercarse fácilmente la obra de arte sin ir al museo, una experiencia que puede ser incómoda o estresante. Por otro lado, muchos museos muestran sólo un pequeño porcentaje de su colección, y no cada persona tiene acceso al internet. Otro punto importante es el cambio del medio que la obra de arte atraviesa cuando una imagen de ello está puesta en el internet. ¿Es justo al artista?

Creo que estos museos electrónicos tienen la capacidad de conectar al público más que los museos físicos porque muchos de nosotros (especialmente jóvenes en los Estados Unidos) pasamos mucho tiempo en el internet y preferimos interaccionar por medio la electrónica (blogs como MySpace y Facebook, mensajes instantánea, correo electrónico, llamadas telefónicas, mensajes de texto).

Unknown dijo...

He encontrado esta cita en ingles que es completa de lo que esta en el blog: “The German word, ‘museal’ [‘museumlike’], has unpleasant overtones. It describes objects to which the observer no longer has a vital relationship and which are in the process of dying. They owe their preservation more to historical respect than to the needs of the present. Museum and mausoleum are connected by more than phonetic association. Museums are like the family sepulchres of works of art. They testify to the neutralisation of culture. Art treasures are hoarded in them, and their market value leaves no room for the pleasure of looking at them. Nevertheless, that pleasure is dependent on the existence of museums.” A mi parece como un circulo vicioso o “Catch-22” que algo que tiene valor está en un museo y no puede estar en una colección privada, pero si no está en un museo muchas veces tiene menos valor. Sin embargo, sin los museos no hay acceso al arte en vivo. Todavía podría ser imágenes de imágenes en los libros o en el Internet (como dicho Florencia, los museos propios tienen sitios de web), pero yo creo que esto saca de la experiencia de visitar los museos para ver el arte. Me gusta la analogía de un museo como un sepulcro o mausoleo porque a mi es interesante. En algunos sentidos es verdad: mientras el arte es viejo y su creador probablemente ha muerto, su significado como su alma todavía vive en lo que ha dejado detrás.

kristin dijo...

Nunca he pensado en los sentimientos cambiados del museo. Por toda mi vida el museo era un lugar extravagante con cosas muy preciosas y lujosas y por tanto es un privilegio – como algo muy especial – para poder visitar y estar en la presencia de estos cuadros, esculturas, objetos etc. tan importantes y valuables para la sociedad. He entendido que hay una diferencia entre los cuadros de un museo y los de una colección privada– no importa el artista muchas veces, porque el museo es simbólico para el prestigio y valor. Cuando alguien tiene cuadros solamente para poder ver ellos mismos – el cuadro solamente tiene valor para esta persona y nadie más – por tanto el cuadro tiene como “menos valor.” También la idea de que ahora estamos exponiendo este arte al público a través del Internet causa unos sentimientos de que el arte está perdiendo valor. Para poder ver lo que el museo está mostrando por el Web convierte el prestigio de un museo en algo mucho más común. Creo que es una experiencia más valerosa para ir a un museo - es una experiencia más gratificante.
La posibilidad de comparar un museo a un sepulcro y también de encontrar semejanzas entre los dos es muy interesante. Como dicen muchas otras personas (arriba), un museo funciona para guardar el arte que tiene mucho valor. Un sepulcro hace la misma cosa que un museo en un sentido, pero el mismo tiempo el sepulcro tiene el sentimiento de proteger algo que está en el proceso de muriendo. Un museo funciona para compartir el arte con el mundo, no para ocultar del ser humano. Creo que el arte no debe todo a su propia historia. El arte representa mucho hoy en día y muchas veces significa más ahora que en el pasado. En este sentido yo no asocio la representación del arte en un museo con las funciones de un sepulcro.

Mari Carmen Molina dijo...

Tras las opiniones de mis compañeros, concluyo que varias de mis consideraciones coinciden acercándose bastante en ciertos aspectos. Para mí, el museo es una realidad dual, que contempla el lugar en sí, pero también su carácter institucional. Entre sus competencias figuran amplias funciones, las cuales giran en torno a las obras de arte (como sería la visión de Valèry)y también en relación a la figura del visitante (a lo que se aproxima Proust). Una de sus princiales finalidades sigue siendo la de preservar la obra de arte y contribuir a su difusión, pues interviene de forma determinante en la conservación de la obra y constituye el lugar en el que se entra en contacto directo con ella. Esto es aplicable sobre todo a la obra de arte de otras épocas, porque la problemática del tema radica en la aplicación respecto al arte contemporáneo. Y es que el arte actual manipula otros campos de la manifestación creativa que antes no tenía; por lo tanto, aspectos como la perdurabilidad o el mismo carácter material de la obra ya no son fundamentales, con lo que el museo ya no es el lugar necesariamente indicado para acogerla. A pesar de todo, sigue siendo un punto focal de importancia en la cultura artística, aunque por desgracia hoy día ha llegado a ser considerado como un elemento turístico más que visitar sin ningún otro objetivo concreto.
Hay que tener en cuenta también el nuevo rol adquirido por el museo según sus facetas de institución social, cultural o económica, que influye en su actividad y labor actual. Por último, me parece interesante lo que mis compañeras han señalado del museo online; un método de conocimiento artístico que va de la mano de nuestro tiempo y que le confiere otro carácter a la tradicional idea del museo a la antigua.

Helena dijo...

Madre mía, cuantos comentarios sobre el tema. Bueno, voy a poner mi granito de arena. Vamos a ver, como se le ocurre a Valery decir que el museo es un lugar de caos..., sus razones tendrá pero no las quiero ni saber. Mi opinión al respecto se acerca más a la de Proust. Para mí el museo es la casa del arte, un lugar público donde la gente puede disfrutar de la obra y sumergirse en un mundo extraño e interesante. Entiendo que halla obras que no puedan colocarse en el museo tradicional, bueno, hay museos o lugares habilitados paras las extravagancias de los artistas, ¿no? Al fin y al cabo se trata de fomentar el arte. Entiendo que, con las libertades de las que hoy gozamos se pongan en duda algunos conceptos anteriores como el de museo o el de obra de arte, pues nuestra libertad amenaza con romper las leyes establecidas y todo se pone en jaque mate. Con tanta libertad nos perdemos...Bueno, os dejo, pues ya tengo un nuevo tema del que pensar el resto de la tarde...

Helena dijo...

Por cierto, he tenido problemas en publicar comentarios en esta pagina, no sabía que Internet fuera tan complicado!!! Siento no haber escrito antes pero creo que ya está todo solucionado...

deli dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
deli dijo...

El museo es un lugar tranquilo, que contiene obras que o te gusta o no. Pero necesitamos recordarnos que la ubicacion, tanto que el espacio temporal, son rasgos estructurales de cada obra; entonces son factores esenciales cuando consideremos la obra. Por eso se puede considerar que trasladar la obra de su lugar original mata a su significado inicial. Es decir que lq obra ha perdido el aspecto que tenia en el taller de su creador. Sin embargo, tambien es el nacimiento de una nueva obra, una opurtunidad de ver el mismo objeto material, desde otra perspectiva. Es este relativismo que es fundamental en la descripcion de arte.